Extraño ser Grushenka. Hace mucho que no lo soy. Dos hámsters y un marido es demasiado.
1) Grushenka nunca pero nunca estaría codeándose con seres tan pequeñamente peludos.
2) ¿A Grushenka le salen bien los matrimonios? En todo caso, no sé si podría ser tan claramente feliz. Mínimamente, hay que expulsarla hacia un concubinato apasionado.
No sé si se entiende, pero esa sería la sensación.
24.9.07
Memoria
Grushenka lo dijo a las 10:34 p.m.
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