24.10.06

qué realismo

Él no sabe, y me imagina con la belleza de antes. Encima es primavera.
Ella ve que su amor se le escapa por la ventana y me vigila.
Él espera y mientras se desdice de ella: se terminó el veranito.
Ella, desde su invierno, sigue vigilando. Aún no lo suelta. Todas las mujeres jóvenes somos un peligro.
Yo, no quiero nada. Pero sus existencias me dan algo de satisfacción.

23.10.06

futuros frustrados por cepillado de dendritas

mi carrera de data entry
el trabajo de sumar con calculadora
el microemprendimiento de pensar cosas
mi profesión de dramaturga



Escribir una suma, me aterroriza.
No quieran saber del pavor de tener que dividir o restar.

17.10.06

sopor existencial

No es justamente en los momentos en que una debería sentirse fuerte y decidida cuando tiene que levantarse sintiéndose atropellada por un camión, obligada a vivir. No viene bien esa actitud, aún más cuando se debe asistir a un asado familiar en que todos se pelean y cuando un hermano grita:
-¡No quiero nada! ¡Me quiero ir!- Una se traga las ganas de poner en obra lo que el otro tan sólo puede aportar en palabras.

Y a pesar de que el estómago ya se le cerró, acepta el maternal plato de fideos, y pica algo de carne para pasar desapercibida.
Luego se escapa a fumar a la terraza hasta que todos se van.
Luego regresa y permite que la amorosa madre le corte el flequillo.

Pero no es mi familia lo que me molesta, soy yo.

No debería levantarme así, tan necesitada de drogas para sobrevivir, de pastillas que rosifiquen mi existencia. Debería prohibirme el empezar la mañana añorando continuar el día del gran lavado, debería hacer eso, o censurarme y quedarme dormida, con el teléfono apagado, con la puerta cerrada, a oscuras, bajo las sábanas, sin enfrentamientos.

Y hoy venir y escribir esto para exorcisar el malestar, y publicarlo sin corregirlo, por temor de volver sobre las palabras.
Hacer como si no importara si los tiempos verbales no encajan, fingir que yo no quiero ser aquello que deseo. ¡Total! A quien gana 35 millones le dan 2,50.

11.10.06

qué más quieren

El portero se para en la puerta como el dueño de todo un imperio. Cuando se agacha a tirar el agua del balde, se le ve la raya del culo. Cuando tengo una remera escotada no puede evitar no mirarme a los ojos. Lo que todos sabemos es que él está esperando que el otro portero -hoy con licencia por enfermedad- se muera, así puede heredar el cargo. ¿Podemos repudiarlo por sus deseos maliciosos? Todos sabemos que él es mejor portero* que el anterior.

El hombre de los 4 gatos me contó que todas las mañanas les da queso blanco Saavedra. Y que una gata duerme con él, pero todos los otros no. Cada uno de los gatos tiene personalidades distintas. Yo simpaticé con el serio.

La vieja olorosa vendrá hoy. Me hace sentir como Raskolnikov**. Es groso ser una vieja bien y tener olor a linyera.

Creo que la estoy dejando morir. No la visito, no le hablo ni la escucho. Creo que tal vez grite, o tal vez no le importe morir, como a las mariposas.








* Nota: donde dice portero, debió decir encargado.
**Nota mental escrita en blog: retomar la lectura.

5.10.06

cae de maduro

La competencia es la madre de todas las envidias.
La baja autoestima es la madre de todas las competencias.
La madre competitiva es la madre de todas las bajas autoestimas.
La abuela tiránica es la madre de todas las madres competitivas.


Tu mamá tiene la culpa de todo, sabelo.

cariño esquivo

cansancio
sed
dolor de rodillas
y vos que estás por venir
no sé si quiero verte
ahora no, ahora no
después de todo lo que ha pasado últimamente
a vos se te murió un hermano
a mí se me murió algo adentro

cansancio
sed
dolor de rodillas
ojalá que tu avión salga temprano
ojalá que los imponderables ganen
y te nieguen verme

4.10.06

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