el combate de las bestias

El cuerpo que visto como harapo hace 29 años ha venido a visitarme buscando revancha.
Ahí anda, en el patio, trae un cuchillo entre los dientes y se lo ve alterado.

Busco -como sonánmbula- calmarlo. No encuentro.
Le tiro un bife crudo a ver si se amansa. Y no quiere.
Le canto canciones para domar fieras. Y se enfurece.

Temiéndole hasta lo más profundo, giro el pestillo de la puerta. Viene hacia acá embravecido.
Quizás me destroce y se mate. Se mate y me destroce. Quizás me sodomice y me someta. Quizás pase a dominar la casa y simplemente me olvide.

sueño

sueño con soñar hoy
que tengo sueño y sigo despierta
sueño con estirar los brazos y las piernas como un perro mientras duerme
sueño con la naturalidad del descanso, ilusoria para mí, aunque existente en sí
sueño que tengo sueño y simplemente duermo
Sin preguntarme si estoy haciendo bien

luz y fuerza

Soy esta que se alarga entre la culpa de los zapatos y la culpa de su cabeza.
Soy esta que finge ser la amante de todos sólo para tener un justificativo de su vida.
Soy esta que se pone última en la lista, y siente bronca de no ser nunca primera.
Soy esta, que escribe estas palabras sabias, y al rato se olvida y vive como si nada.

Como si pasara un río.

culpa modelo MCB28017829

por mi culpa por mi culpa por mi grandísima culpa
(golpes sobre el pecho)

yo confieso antes vosotros hermanos que he pecado mucho de palabra, obra y omisión

por mi culpa por mi culpa por mi grandísima culpa
(ceniza en la cara)

os ruego que intercedáis por mí ante Dios, nuestro señor

por mi culpa por mi culpa por mi grandísima culpa
(no he sido feliz)










(hasta ahora)

mi otro yo

Mi cabeza está confusa, a veces cuando se que ya nada puedo resolver, te pregunto:

-¿y vos qué pensás?

Opto por escucharte con los oídos frescos y tomar tu palabra como sagrada. De cualquier modo, yo no tengo a dónde, no sé cómo, ni por qué, ni con qué, ni hasta cuándo, ni por dónde.

Hecho.

palitos

helados
los tuyos por teléfono
por transitiva
pegan pegan
y esconden la mano/palo/culpa
para que no se vea
más que el golpe y el
dolor

pegan pegan
como lloviendo
pegan llueven
desde el cielo
desde siempre
astillados (vueltos astilla)
aserrín que absorbe
chupa chupa
toda la energía líquida
y liquida

pegan llueven
astillando, liquidando

palitos palos
flotando
palitos palos
ojalá un salvavidas

romper el cántaro

Me imaginaba destinos de grandeza. Romper el cántaro para alimentar con el contenido a mil doscientos pobres, niños y enfermos.
Me imaginaba romper con la rutina del pobre ser para encumbrarme en heroísmos.

Curioso hoy,
casco mi cántaro como si fuera un huevo, cocino su contenido, lo pongo en el plato
y me alimento.

Eso, sólo eso.

La niña piernas de sapo

Va saltando entre los médanos, aquí y allá se agacha a juntar almejas.
Aquí y allá, como un canguro, entre los pescados de la arena. Estira sus piernas blancas y salta croando.

La niña piernas de sapo quiere perder la conciencia.

glamglam

Caperucita roja es una desfachatada. Sale a dar vueltas por el bosque con cualquier excusa, sólo para toparse con hombres. ¡Después se queja de los lobos!

El pobre mártir de la historia, sin dudas, es el cazador.

candente

El tema de la existencia o desexistencia de los Reyes está candente.

Presumo que voy a llegar a las conclusiones con el camello muy cansado, pues es sabido que vivo en el piso 19 de una pérfida torre, llena de personitas viviendo sus viditas muy contentas e insatisfechas. Contentas por el paupérrimo techo propio o no propio pero alquilado en buena ley. Insatisfechas porque se les rompió el dvd.

Ahora bien, estuve pensando que desde mi independencia los reyes no me dejan regalos. Es obvio que mi madre -enojada porque abandoné su casa- los llamó para quejarse y les habrá llorado tanto, que los Reyes decidieron que yo había sido muy mala y ya no merecía más regalos. De esto, hará unos 3 años.


(Continuará...)

increíble realidad es la muerte

Siento la fragilidad de la vida ese cordón que se tensa y acaso se corta en un inesperado click y trá Las señales de la muerte: aquel pañuelo caído a mitad de la calle mientras cruzábamos; el rostro inesperado de ese hombre durante días; un llamado rebosante de felicidad colmada; la enfermedad sanada y la espera; la voluntad de elegir el camino más oscuro; la soledad del minuto previo. ¡Quién sabe! Este mediodía se me crispa la sangre por la sagrada morbosidad de mi propia muerte. Esta noche temo que caigas al dar ese mal paso, y que aún dándolo bien, igual te sumerjas en ese océano oscuro a donde no llegan mis manos de carne ni mi boca ni mis súplicas. Sin embargo me digo: Creo que somos una palabra fecunda lanzada al mundo. Y que la fidelidad al propio misterio, es arrojarse por los otros, gritando la bondad de la Vida. Dedicado a M, cuya palabra en este mundo fue dicha hasta la mañana del sábado 30 de diciembre de 2006. Sabemos luego de vos, nos consta, que todo lo que hondamente deseemos, puede hacerse; y que somos dueños de torcer nuestro destino a fuerza de trabajo y fe. Te perdonamos todas las equivocaciones, y gracias por haber amado y sostenido. Creído y enviado.