El cuerpo que visto como harapo hace 29 años ha venido a visitarme buscando revancha.
Ahí anda, en el patio, trae un cuchillo entre los dientes y se lo ve alterado.
Busco -como sonánmbula- calmarlo. No encuentro.
Le tiro un bife crudo a ver si se amansa. Y no quiere.
Le canto canciones para domar fieras. Y se enfurece.
Temiéndole hasta lo más profundo, giro el pestillo de la puerta. Viene hacia acá embravecido.
Quizás me destroce y se mate. Se mate y me destroce. Quizás me sodomice y me someta. Quizás pase a dominar la casa y simplemente me olvide.
15.1.07
el combate de las bestias
Grushenka lo dijo a las 5:07 p.m.
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2 comentarios:
Uffff... buenísimo!!!
Donde estuve todo este tiempo que nunca conocí a Grushenka???
Grushenka! qué bellamente afilada está esa pluma! placer de leerte, y releer, y releer..
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