Siento la fragilidad de la vida ese cordón que se tensa y acaso se corta en un inesperado click y trá Las señales de la muerte: aquel pañuelo caído a mitad de la calle mientras cruzábamos; el rostro inesperado de ese hombre durante días; un llamado rebosante de felicidad colmada; la enfermedad sanada y la espera; la voluntad de elegir el camino más oscuro; la soledad del minuto previo. ¡Quién sabe! Este mediodía se me crispa la sangre por la sagrada morbosidad de mi propia muerte. Esta noche temo que caigas al dar ese mal paso, y que aún dándolo bien, igual te sumerjas en ese océano oscuro a donde no llegan mis manos de carne ni mi boca ni mis súplicas. Sin embargo me digo: Creo que somos una palabra fecunda lanzada al mundo. Y que la fidelidad al propio misterio, es arrojarse por los otros, gritando la bondad de la Vida. Dedicado a M, cuya palabra en este mundo fue dicha hasta la mañana del sábado 30 de diciembre de 2006. Sabemos luego de vos, nos consta, que todo lo que hondamente deseemos, puede hacerse; y que somos dueños de torcer nuestro destino a fuerza de trabajo y fe. Te perdonamos todas las equivocaciones, y gracias por haber amado y sostenido. Creído y enviado. |
2.1.07
increíble realidad es la muerte
Grushenka lo dijo a las 12:37 p.m.
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