Siempre viene a mí con sus remeras coloridas, viene diciendo vos no sabés cómo es el mundo, yo sí. Vos sos chiquitita, yo soy grandioso. Y luego, cuando ve el estado en que me deja, me tira -desde lejos- migajas de dinero, como paragolpes para su culpa.
.....
Pero es demasiado poco dinero como para hacerme un transplante de corazón.
30.6.05
destrozos
Grushenka lo dijo a las 12:21 p.m.
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