Extraño la religión, como ese anillo de alegría que me puse cuando joven.
Extraño mi adolescencia, como esa corona de fresias sobre mi cabeza despreocupada.
Extraño el amor, como ese dolor punzante de no tenerte.
Pero nada es como yo lo recuerdo.
3.6.05
construcciones comparativas
Grushenka lo dijo a las 10:18 a.m.
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