6.4.10

Estoy triste y a quién se lo digo

Quizás si fuera una chica que gasta sus penas hablando por teléfono...

No me salen las lágrimas en las charlas profundas.
No me calma un abrazo un beso un sexo.
Me obturan las preocupaciones ajenas.
Colapso ante las debidas cuentas y explicaciones.
Me deprimen las sustancias.
Yo qué sé


Todo podría ser más fácil
de no ser yo


Sutil, débil, la hornalla en mínimo,
así es como me quema el infinito agujero

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Llegué por casualidad y ahora no sé.
La simpatía se despertó con el título de aquel prohibidísimo libro. Y me quedé a ver un poco, al azar. Hasta que llegué acá...y entendí por qué me había quedado.
Es que yo tampoco sé a quien decírselo.
Gracias.

 
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