Entreguen esas pequeñas y futiles felicidades que los hacen sentirse tan seguros en su nido.
Entreguen el nido, y las llaves.
Me dejan los recuerdos de una infancia y la feliz familia.
Les cobro los resabios de omnipotencia juvenil y la pseudoindependencia adquirida como honorarios.
No, la libertad no se la pueden quedar entera. Tan solo les corresponde un 0,0001%.
A cambio se llevan un perro feo, cuentas de gas astronómicas y ropa manchada (no les puedo decir con qué).
Firmen aquí.
Listo.
22.4.09
2009
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