Hoy el jovenzuelo la dejó. Y ahora sólo le queda repasar una y otra vez la misma bosta a lo largo de todas las páginas de su libro. Años amarillentos, ajados, sin perdón.
Y ayer -ilusa- pensaba que la primavera era linda.
11.9.06
veterana de guerra
Grushenka lo dijo a las 5:52 p.m.
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