El primer día que llegó, se hizo el hamster aplicado. Ni bien lo puse en la pecera de Miguelito, se subió a la ruedita y empezó a andar. Todo para demostrar que era un hamster con mundo y habilidades extraordinarias.
Ahora está tan rechoncho que ya nunca anda en la rueda. Se sube de costado, se balancea y se baja: igual que como hacía Miguelito.
(será que el espíritu del hamster rubio anda rondando por ahi adentro?)
11.8.05
una fantochada
Grushenka lo dijo a las 10:06 a.m.
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