Anoche soñé con él, estaba triste porque estaba enamorado de una chica. Y nosotros teníamos que tender mil trampas para recrearle un momento feliz. Él venía a buscarme y se asomaba en mi cama. Era mi cama y mi pieza de cuando yo era una niña. Venía a despertarme para contarme sus penas sin hablar.
Aún en sueños el deber me llama. Aún en sueños siento el "debo hacer" tan arraigado.
Un asco de yo.
14.6.05
Como si no fuera poco la realidad
Grushenka lo dijo a las 9:49 a.m.
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